Este año veinte-veinte nos ha dejado impresionados, realmente trastocados con tan extensa locura, tan fuerte y tan insegura que nos ha puesto a pensar, en qué nos puede pasar en esta etapa muy dura.
Increíble me parece que ya estamos en agosto, y que aún a estas alturas no amarremos a este monstruo; que si el covid, la vacuna, tapabocas y locuras, todavía en este día no tenemos ni la cura.
Desde el primero de enero yo recibí con esmero la llegada de este año, pero en mi casa pensando no le encuentro la salida, he tenido que sentarme a escribir ya sin medida para pasar la temida etapa de la cual hablo.
Comenzamos como el año veinte-veinte con la mirada muy clara y los proyectos presentes, pero ya en este mes sin trabajo y sin futuro vivimos como indigentes. Lo que le pido al destino, a mi Dios, mi pan, mi vino es que se lleve este año y todo ese mal que trajo, porque sino en diciembre no me comeré un carajo.
Hasta los extraterrestres están por intervenir, ya que nuestro porvenir se encuentra en tela de juicio, ojalá que vengan rápido acabando con los vicios. Explosiones, elecciones y hasta trata de personas han sido los noticiones que se ven en estos días; deslumbrantes conclusiones desataran tales hechos que la gente ya indignada pondrá en la calle sus pechos.
Es así como ha pasado más de la mitad del año, pero me parece extraño que estemos todavía en casa, y es que al gobierno de toditas las naciones no presenta soluciones, ni en conjunto las acciones para salir de este infierno.
Prefiero decirlo en verso para que no suene duro, pero de algo estoy seguro tú piensas lo que yo pienso; las medidas hasta ahora no son las más efectivas, los de abajo y los de arriba podemos contaminarnos más que del covid, del hambre y la crisis que se asoma.
Hasta el Rey dejó su trono, por problemas delicados, pero en los supermercados se vive lo más peludo; yo te digo a ti mi hermano nunca bajes las defensas porque el mundo nuestro mundo nos espera con bellezas.
Y ya para terminar este veinte-veinte tan extremo, unamos todas las mentes, todos nuestros corazones para que con soluciones venga pronto el ser Supremo. Aunque parezca mentira y después de estas palabras yo te digo no te abras, el futuro nos espera.
Dios bendiga a tu familia, a la tuya y a la mía y nos ayude muy pronto a ver esa luz del día. Que no nos ocurra aquello, lo que dice el oculista que en lugar de veinte-veinte, quedemos claros y sin vista.
Comments