Al abordar este avión;
Lo primero que te explican;
Es como usar mascarilla;
Si se escapa la presión.
A unos puestos adelante;
Con muchas señas bonitas;
La tripulación del vuelo;
Te va explicando que hacer;
Si el avión se precipita.
Lo primero que te indican;
Esas bellas azafatas;
En donde están las salidas;
Si es que acaso no te matas.
Pero que curioso es esto;
Todas las indicaciones;
Se basan en uno mismo;
Y no en ayudar al vecino;
Mientras caes al abismo.
Ponte primero el oxigeno;
Para que ayudes al otro;
Así sea un muchachito;
Hágale caso al piloto.
Si pudieses trasladar;
Ese tipo de medidas;
A tu vida personal;
¿Dónde queda el ayudar?
Me parece muy curioso;
Cuando se habla del Yo;
Teniendolo de primero;
Sin que exista el sacrificio.
No confundamos la vida;
Con instrucciones de avión;
No hay duda que es necesario;
Que te mantengas con vida;
Para poder ayudar.
Pero también es muy cierto;
Que si no te sacrificas;
Nada podrás alcanzar;
Al menos que lo que quieras;
Sea un ratito pasar.
No todo aquí es sufrimiento;
Pero lo que sí es muy cierto;
Es que pensar en ti solo;
Se torna en gran egoísmo.
El vuelo por esta vida;
No se trata de uno mismo;
Se trata de tu familia;
Y de ayudar a un amigo.
Si tú te pones la mascara;
De oxigeno de primero;
Recuerdalo con esmero;
No vas solo en este vuelo;
Viajas con seres queridos.
Lo que yo quiero dejarte;
Con estas lineas que escribo;
Es que no sirve de nada;
Respirar solo el oxigeno;
Oxigena a tu entorno;
A tu pareja, a tus hijos;
A tus panas, los colegas;
Y quizás al buen vecino.
El vuelo, es esta vida;
Con presiones, con bajones;
Pero con el egoísmo;
No detendrás la caída.
Es bueno pensar en uno;
Luchar por estar y ser mejor;
Pero si lo haces por otro;
También hay satisfacción.
Es bueno pensar en uno;
Pero también en los otros;
Por que Dios no te mandó;
Para que anduvieras solo.
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