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Un escritor de lineas

Ahora puedo comprenderte



Desde que di mis primeros pasos logré obtener tu completa atención, protección y amor incondicional; de hecho, desde la primera bocanada de aire en este mundo pude sentir lo especial que era para ti aunque no supiera ni mi nombre, ni quien era, ni a que venía.

Con el pasar de los años allí estabas siempre a mi disposición, a mi lado; no puedo recordar algún momento en el cual sintiera abandono u ausencia de tu parte; día a día fue creciendo el vinculo entre nosotros aunque creo que desde ese primer minuto donde no sabía mi nombre, ni por qué me veías con esa ternura, ya existía ese nexo irrenunciable que perdurará hasta la exhalación de ese aire que gracias a ti hoy respiro.

Durante mis llantos, madrugadas, fiebres, cambios de pañales y hasta berrinches insoportables, aunque fuese duro para ti, nunca faltaste; asumiste ese reto de hacer de mi una persona de bien y que tuviese una bonita infancia y el mejor futuro.

Así pasaron los años, entre altos y bajos en todo sentido allí estuviste y me veías con la misma cara de ternura, calurosa, brillante y cargada de amor, sin importar que en oportunidades me revelara, no te prestara atención o te ofendiera con un mal gesto inmerecido, luego de la tensión volvía siempre tu sonrisa.

Tengo que decirte que sin ti, sin tus cuidados, sin tu protección, ni tu guía, sin tus consejos y regaños oportunos, sin tu amor, en resumen, sin ese Paraíso en la Tierra que implicaba tu abrazo no sería quien soy. Muchas veces me costó comprenderte, me constaba entender el por qué de ciertas cosas que me decías, prohibías o las veces que no estuviste de acuerdo con lo que hacía llegando a reprenderme.

No importaba que hubiese crecido, que ya no fuese esa criatura indefensa que llegó al mundo desnuda y llorando, la cual en el fondo posiblemente sigo siendo cuando quitamos todas las corazas endurecidas en con el paso del tiempo, cuando crecemos perdemos la humildad de sabernos o aceptarnos vulnerables a un mundo que no nos recibe como me recibiste tú... con su mejor cara, con ternura, paciencia y amor incondicional.

Quiero decirte que ahora puedo comprenderte, ahora me toca a mi darle lo mejor de mi ser a una criatura hermosa que nació en este mundo acelerado y complicado, y que al igual que yo, vino sin saber que hacía aquí, donde estaba, quien era ni como le llamarían; pero aquí estoy yo con todo lo que aprendí de ti, de tu bondad, de tu inmensidad, de ese corazón pleno de amor para que su camino sea el mejor, el más brillante y lleno de plenitud.

Ahora puedo comprenderte, me ha tocado lo que a ti te tocó asumir con grandeza, esa grandeza que sólo los padres pueden tener; quiero decirte que quiero hacerlo bien en tu honor, quiero hacerlo bien por quien me acompaña en este retador pero hermoso rol de la paternidad. Hoy que no estás en este plano, y aunque se que estás de otra manera vibrando con la más hermosa energía, quiero honrarte, quiero que sepas que ahora puedo comprenderte, disculpa mis errores, los desvelos que te hice pasar, las canas que te multipliqué. Sólo quien asume este rol con valentía, con amor y desprendimiento puede entender a quien lo asumió para que uno tuviese lo mejor, por eso ahora puedo comprenderte. Gracias mamá, sinceramente gracias por tanto, te honro, te amo y extraño por siempre...

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